Hace ya varias semanas, si no es que meses, escribí sobre “muros”. Muros hechos de acero, madera,
cemento o cualquier clase de material que pueda ser utilizado para la
construcción de una cerca; dije que en el futuro hablaría sobre los muros
mentales y ese futuro ha llegado. Y quiero tocar este tema porque creo que
pesan más que esos muros físicos que muchos de nuestros vecinos han levantado
para impedirnos la entrada a su casa y aunque es bastante feo hacerlo de esta
manera los cruzaremos con una mano en la
cintura una y otra vez. Pero a mi estos
muros no me preocupan (bueno, tal vez porque no tengo que cruzar de ilegal
arriesgándome a que me metan 2 tiros en la cabeza por ir en busca de las oportunidades
que en mi país no encontré y porque no tengo una familia que mantener) Como
dicen por ahí, cada quien habla de la feria, como le va en ella. Entonces
hablemos de nuestros muros mentales, en específico, el que nos hacemos frente a
otras razas o personas por su condición social.
Antes que nada, quiero aclarar que yo no sé nada acerca del tema en el
sentido psicológico, solo quiero exponer lo que he visto y vivido en estos años
y en los últimos días; lo que a mí me parece que son muros que nosotros
construimos en nuestra cabeza.
Para introducir a este tema, en el que espero mis arrebatos no me hagan
terminar diciendo incoherencias, me gustaría leyeran unos pequeños párrafos de
dos libros, en los cuales he encontrado cuestionamientos similares a los que yo
me hago una y otra y otra y otra y otra vez.
“¿Este miedo, este respeto tradicional, antiguo, inexplicable, es la
causa de las conquistas y forma la gloria a de los conquistadores, mantiene las
monarquías y conduce a los hombres a la matanza saludando a Cesar antes de
morir? Quién sabe! Es un problema y un misterio que la filosofía moderna y
profunda de los alemanes y los escoceses no ha podido descifrar. Hay hombres
superiores en el mundo? Nacen unos para mandar y otros para obedecer como creía
Aristóteles ¿Es una ley providencial
para la marcha y para la organización de las sociedades? Quién sabe!
Pero los hechos son terribles. Mario con
solo una mirada hizo temblar al bárbaro que tenia la espada levantada para
matarlo. Hernán Cortes se presentaba ante miles de indígenas valientes y
aguerridos, y en vez de aniquilarlo como pudieron hacerlo mil veces, caían a
sus pies de rodillas. Francia, la nación más ilustrada, más inteligente, más
activa, más descontentadiza del mundo, estuvo años dominada por la voluntad de Napoleón.
Los hombres más distinguidos, los literatos, y poetas más celebres, los
abogados de más valía, solían, como Evaristo el tornero, guardar silencio,
agachar la cabeza y obedecer con rabia y despecho en el alma, las ordenes de Napoleón,
obligados por este sentimiento secreto desconocido, y sin embargo, poderosos e ineludible, que se
trata de disculpar de mil maneras, pero nunca se explica satisfactoriamente.
La revolución francesa quiso destruirlo, aniquilarlo, proscribirlo para
siempre en todas las sociedades humanas. Vano esfuerzo! De la guillotina y de
la sangre volvió a renacer más fuerte, mas organizado, más temible, revestido de las formas llamadas
constitucionales. Sangre perdida!
Victimas inútiles!” Manuel Payno en Los
Bandidos de Río Frío
“No dejaba de impresionarme el desenfado con que el hijo de un
carpintero desempeñaba ese rol y el hecho de que ejerciera tal liderazgo sobre
personas que se jactaban de su
ascendencia conquistadora. Quizá su pronunciado acento y la blancura de su tez
fueran tan importantes… para explicarlo, lo que revelaba una profunda
inseguridad tras la fachada altiva donde se ocultaban los contrastes del
mestizaje. Tal vez de ahí deriva el chic mexicano, reflejado en actitudes
frívolas que fungían como un escudo ante la realidad” Jacques Paire en De caracoles y escamoles, un
cocinero francés en tiempos de Don Porfirio.
El primero más que nada hace referencia a que tanto tiene de cierto que
hay hombres que nacen para mandar y hay quienes nacen para obedecer, ya que la
pregunta se desencadena después de que el altanero y malvado tornero Evaristo,
es visitado por un conde ante el cual no es capaz de formular palabra.
Y tal vez a mucho nos haya pasado algo similar,
digo, es más fácil y menos vergonzoso negarlo, pero dentro de nosotros será
algo que no olvidaremos. Un ¿por qué no lo mande a la chingada?
¿Por qué no le dije x o y cosa? Si me volviera a decir, le diría que
vaya mucho a ….ver si ya puso la marrana.
A mí no deja de impresionarme como muchos de nosotros se hace pequeñito
ante un “gringo” O no nada más ante un gringo, pero bueno los menciono porque
son los que tengo a la mano, no es que trate europeos de a diario y la verdad
no sé, pero a ellos no les tengo la mas mínima admiración, ni respeto y mucho
menos sin son españoles (He aquí uno de mis muros). Y mi respeto y admiración hacia cualquier
persona nada tiene que ver con su sangre real, clase, status económico o raza.
Muchos estamos habituados a creer que ellos son mejores, por su blanca piel,
por su ojos azules , porque sus cabellos
son como si los hubiera tocado los rayos al sol ( y es el momento en que me doy cuenta que hasta en
poema va a terminar esto, Así que retomo el rumbo) ….. Tal vez porque nació en
cuna de oro o porque habla el idioma predominante o el más simple; nació en los
Estados Unidos De América, la primera potencia mundial.
Cuando cruzas la aduana estadounidense,
hay de dos sopas, te topas con un custom gringo, que te sonríe, te da las
buenas tardes, te pide tus documentos, los revisa, te pregunta a que vas y a
donde exactamente, hace alguna broma (por lo general, la de si llevas más de
10,000 dls para gastar), te regresa tus papeles y te desea buena visita o donde
te encuentras con un José Guadalupe Pérez, al que le das las buenas tardes, no
te contesta, te pide tus papeles en ingles, y cuando le contestas en Español,
hace el gran esfuerzo de hablarlo, checa el “mueble” de arriba a abajo, trae a los perros, te hace 1000
preguntas y termina dándote un ticket para que pases a revisión. Claro que a
estos no les agachamos la cabeza, si no fuera porque necesitamos ir a
aprovechar las ofertas del Black Friday, le mentaríamos su madre a la primera mamonería
y si Diosito esta de su lado, no nos bajamos y lo agarramos a madrazos y todo
esto por que como decimos en comúnmente “se le nota el nopalote en la frente” Y
es aquí cuando notamos que muchos creen que el nacer en estados unidos te hace
mejor, cuando no puedes negar tus raíces, porque simplemente la llevas a flor
de piel y si Lupe Pérez hubiese sido más amable, jamás hubiese sido incluido en
esta nota, porque no lo hace ser peor apellidarse Pérez, ni ser moreno y medir
1.70, lo que lo hace peor es creerse que nos está haciendo un favor al dejarnos
cruzar, su error es creer que haber nacido en EU lo hace digno de hacer menos a
los demás.
Y así como Lupe Pérez hay muchos, solo hay que ver cómo cambia nuestra
actitud al cruzar la frontera, una vez
en EU nos nace la cultura del cinto, el de no tirar basura, el de respetar
todos los señalamientos, hasta el estacionamiento para personas discapacitadas.
Pero todo esto forma parte de nuestra cultura,
esa cultura que a veces veo con gusto como muchos han tratado de irla transformando.
De dejar de ser los sombrerudos acostados al lado de un nopal, los que se la
pasan chingando a los demás o metiéndoles el pie para no dejarlos avanzar, ir a Francia y orinar en la llama eterna del arco del triunfo no
nos hace mas cabrones, ni demostramos ninguna clase de superioridad.
Cabrón es ganarte el premio nobel de la paz como Alfonso García Robles.
Cabrón es ganarte el noble de Química como Mario José Molina Henríquez u
Octavio Paz el de literatura.
Cabrones los que se olvidaron de protagonismos ridículos y ganaron para
nuestro país el oro olímpico en Londres.
Y así como ellos estoy segura hay un montón de ejemplos; porque los
mexicanos nacimos buenos, que nos nublen con ideas arcaicas y erróneas es otra
cosa.
Derrumbemos esos muros que tenemos en nuestras cabecitas y echémonos pa’
lante, tenemos manos, tenemos pies, tenemos una mente brillante; llena de
ingenio, tenemos un corazón harto orgulloso de haber nacido en esta
tierra. Que nuestro orgullo se refleje
en nuestras acciones, que somos mestizos,
por lo tanto descendientes de grandes guerreros y valientes conquistadores…….
Ser los número uno en cualquier cosa no está limitado a los blancos o asiáticos.
Ser morenos, trigueños o blancos no nos hace mejores ni peores que ninguna otra
raza en el mundo, seremos quien nos propongamos ser y tan lejos como nuestra
visión nos deje, llegaremos.
¿Y entonces? ¿Como la
ven? ¿Que pesa más?
Y bueno después de sonar como publicidad chafa, me despido. Ahí les encargo!
Miranda @patulacountess